martes, 30 de diciembre de 2008

Feliz Navidad y Feliz año

Trabajar en comercio en Navidad tiene dos cosas malas. Según mi experiencia, aún más si estás tras un mostrador de atención al cliente o cobrando en una caja.
La primera de las cosas malas es que por mucho que adores estas fiestas, al espíritu navideño le cuesta muchísimo salir, y en algunos momentos casi casi acabas odiando todo y a todos.
La segunda cosa mala es que no tienes tiempo para absolutamente nada. Sólo trabajas o descansas cuando estás en casa para aguantar volver a trabajar tantísimas horas al ritmo que exige la crisis (con su falta de personal) sumada a la época consumista por excelencia y al estrés poco solidario de la gente.
Para mí Navidad este año significa estrés, agobio, enfado y mucha paciencia para sobrellevarlo.

Pero como el comercio no va a poder conmigo y yo siempre he sido muy fan de la Navidad, salto el primer obstáculo para recuperar mi espíritu navideño, y el segundo para sacar tiempo y escribir aquí. Y así puedo desearos a todos una Felices Fiestas y sobre todo un Feliz Año 2009. Espero que la gran mayoría de las historias que contemos en nuestros blogs sean tan buenas, y tan felices que nos empalaguen y nos aburran ;)

Os deseo lo mejor a todos. Un abrazo!!

martes, 16 de diciembre de 2008

¿Amigos?

- Todo lo que me has dado y lo que has significado para mí hasta ahora lo guardaré en una cajita, dentro de un pequeño baúl, metido en un cajón, de un armario polvoriento de mi cabeza y mi cuerpo. Ahí estará bien escondido, pero tranquilo, no lo tiraré a la basura.
- No te buscaré en cada frase de cada canción, ni escucharé hasta saciarme las que nos gustan a los dos, aunque eso signifique renunciar a demasiado.
- Prometo que no pasaré por tu barrio mirando hacia todos lados con la esperanza de verte. Es más, si lo deseas miraré al cielo mientras camino para que estés seguro de ello. Pero no me pidas que mire al suelo porque me quiero demasiado a mí misma.
- Estaré por los mismos sitios que pisamos juntos y con la misma gente, porque siguen formando parte de mi vida. Nos veremos a menudo. Pero a partir de ahora no esperaré ansiosa que aparezcas por la puerta con tu sonrisa de actor de comedia romántica barata. Me sentaré de espaldas a la puerta, llegaré cuando me apetezca y me iré cuando tenga ganas.
- Te aseguro que no conseguirás mis abrazos, gestos y demostraciones de cariño como hasta ahora. Ni te los daré ni te los devolveré. Puedes acariciarme cuanto quieras (aunque preferiría que no lo hicieses) que no conseguirás el efecto que conoces. Estoy harta de estar en la palma de tu mano, se ha hecho demasiado pequeña para mí.
- Claramente no te seguiré como un perrito faldero a tu casa cuando surja la ocasión. En la mía tengo una cama muy cómoda, y casi todo lo que puedo necesitar. Lo que no tenga, sé que lo terminaré consiguiendo.
- No habrá cambio alguno en mi cara cuando otra chica se cruce en tu camino. Sé que serán muchas, así que prometo ir ensayando y mejorando mi actuación con cada una de ellas. Incluso intentaré soltar alguna sonrisa de colega si me cuentas alguna batallita. Pero si no te importa, procura no tirar demasiado de la cuerda al principio, que aún tengo el corazón roto.
- Por supuesto, prometo no olvidarte ni huirte, pero ten en cuenta que intentaré no pensar en ti y dejar de quererte.
- Por último, y por todo lo anterior, bajo estas condiciones te ofrezco mi amistad. Amistad a secas, como con cualquier otro. A cambio sólo te pido lo mismo. Espero que sea suficiente para ti, ya que esto es lo que has elegido. Te echaré de menos.

domingo, 7 de diciembre de 2008

Dolores y crepúsculos


Me he tomado una pastilla para el dolor de cabeza, y una manzanilla para el dolor de estómago.

Lo que no sé es qué tomarme para el dolor de saber que L me considera "una persona genial y estupenda". Sí, por fin se lo dije. El resultado: miles de alabanzas como amiga, y muchísimos elogios como persona. Muchos peros, y cientos de "te quiero" y abrazos, pero no de los que a mí me gustaría escuchar y sentir. Todo era esperado, pero duele más vivirlo que pensarlo.

Lo bueno del asunto es que conseguí mi objetivo principal: liberarme de la cobardía de no poder decírle que siento algo por él, y de sentirme una hipócrita a su lado. Me quité un gran peso de encima. Callarse te come por dentro.

Por otro lado, tampoco sé que tomarme para el dolor de saber que mi abuela está en una residencia. Que sí, que lo importante es que está mejor y ha dejado el hospital; que sí, que ésta es la mejor opción para ella; que sí, que allí estará mejor cuidada; que sí, que es una residencia muy buena. Pero cuesta asimilarlo, y duele; duele mucho.
El dolor de que D me reconociera que había hecho un parón con su novia y que ha vuelto con ella, se va mitigando, ante estos dolores mayores. Me enfadé, me descargué, discutimos y luego se suavizaron las cosas. Quedamos como amigos y le dije que nunca me acercaría a él de otra forma que no fuera esa. El hecho de que siga detrás mía, no sé si me reconforta o me crispa, pero el caso es que van a ser unas navidades muy raras trabajando codo con codo.
Claro, que para enrarecer aún más la cosa siempre puedo llevar a cabo el súperplan de L: él viene a verme y a buscarme al trabajo, y le damos celos a D...Si cuando yo digo que algunos a veces tienen dos dedos de frente...

En fin, lo que creo que voy a hacer es tirarme un par de horitas leyendo "Crepúsculo" para evadirme. Pensaba que no me gustaría, que sería muy de adolescentes , pero el caso es que me tiene enganchada el libro, y ya me he comprado el siguiente para empalmarlos. Al fin y al cabo, un poquito de lectura y de irrealidad no hace daño a nadie. Y sospecho que a mi me va a servir de medicina para calmar mis dolores y quebraderos de cabeza...