jueves, 29 de enero de 2009

La vida no es más que un interminable ensayo de una obra que jamás se llegará a estrenar


Todo está en el aire...
No es nada seguro...

Pero en unos cuantos meses (pocos) puede que me vea diciendo cosas como : Bonjour, ça va, très bien, aèroport, croissant, brioche, tour Eiffel, travailler en France, physiothérapie, plage, mes amis, bonheur...y con un poco de suerte mon amour.
Incluso puede que llegue a decir "Sans toi, les émotions d’aujourd hui ne seraient que la peau morte des émotions d’autrefois", al más puro estilo Amélie, mi película favorita. ¡Qué bonito!
Bueno, ya bajo de mi nube. El caso es que estoy barajando la posibilidad de irme a trabajar a Francia, y de momento ya me han contestado de tres sitios donde he mandado el curriculum y tengo una entrevista con una agencia "busca-empleo". Es mucho más de lo que he conseguido en España.
Tendría que pensarlo bien, hacer mucho (muchísimo) papeleo, y echarle un par. Pero por ahora no descarto nada. ¿Quién sabe?
Ya iré os iré contando...

Las alas de Isis



Lo primero primerísimo que tengo que hacer tras estos días de silencio es agradecer esta foto, un regalito que me ha traído Kalikrates de Viena y que me ha hecho muchísima ilusión. Es genial, ¡¡gracias!!

La diosa Isis era en la mitología egipcia "La reina de los dioses". Era considerada la fuerza fecundadora de la naturaleza, la gran maga.

Era la esposa, era la madre, y era la protectora por excelencia. Las alas de milano con las que se la representa, simbolizan ese espíritu valiente y protector de la diosa madre.



Según la leyenda, Isis se lanzó a la peligrosa búsqueda del cuerpo de su esposo Osiris, al que su malvado hermano Seth había tirado al Nilo encerrado en un baúl para quitarle el poder.

Cuando tras largas caminatas Isis encontró por fin el baúl, Seth cortó el cuerpo de Osiris en 14 trozos que repartió por todo el reino.

Aún así, Isis no se rindió. Continuó extenuada buscando a su amado por todo Egipto, hasta encontrar cada uno de sus pedazos, y gracias a ellos pudo concebir un hijo "impregnada en Osiris".

Hay más historias sobre Isis, pero ésta es mi favorita. Me encanta. Isis se arriesga y se embarca en un largo y difícil viaje por amor. Quiere recuperar el cuerpo de su esposo y no le importa cómo. Además, quiere concebir un hijo suyo; "para arrebatarle el poder a Seth", nos cuenta la mitología; para quedarse con algo de Osiris, quiero pensar yo.
En la danza oriental, se han recuperado las alas de isis en homenaje a esta diosa, inspirándose en ella.


Los movimientos y el espectáculo que se puede crear con estas alas tienen un toque mágico.
Tanto, que la primera vez que vi bailar a mi profesora con ellas, mirándola a través de las cortinas del teatro, mientras escuchaba al público conteniendo la respiración, se me saltaron las lágrimas (cosa fácil en mí) y se me quedó grabado (cosa un poco menos fácil). Si tenéis ocasión alguna vez, os recomiendo ver a una bailarina de danza oriental con Alas de Isis.

Por todas estas cosas: el momento en que vi a mi profesora bailando, la preciosa historia mitológica, lo que la diosa representa...decidi llamar a mi blog por su nombre.
Espero que todos os sintáis acogidos y muy a gusto en él. Aquí las Alas de Isis os protegen

Gracias de nuevo K ;)

sábado, 17 de enero de 2009

¿¿??

He dejado de escribir en el blog, porque no me pasan cosas suficientemente interesantes como para escribir sobre ellas , o porque me pasan cosas tan interesantes que no me permiten sentarme un ratito para hablar aquí sobre ellas.
No lo sé ni yo

domingo, 4 de enero de 2009

Peticiones, consejos y agradecimientos de una empleada enfadada

Si fuera por mí, repartiría un folleto como este a todas las personas que entran en una tienda, especialmente en Navidad. Sé que es largo...pero aún así, me quedo corta:

1 ) Estoy detrás de un mostrador/caja y/o atendiendo, pero soy una persona.
Esto lógicamente implica que tengo unos límites y unos sentimientos (sí, a algunos les sonará raro, pero es así).
No puedo atender a dos personas a la vez, contestar a una tercera que me pregunta por la derecha cuando me descuido, y a una cuarta que me pregunta por la izquierda cuando miro un segundo. Y no, que me clave los ojos o se me ponga muy cerca no hará que le atienda antes. Esperar su turno ayudará a disminuir mi ritmo cardíaco, a que todo vaya más rápido, y a que no se peleen entre ustedes (que ya son mayorcitos, hombre...).
Por aquello de los sentimientos, se agradece también que en la caja si digo "hola" se me responda con otro "hola", que no pasen mirando al infinito ignorándome como si fuera una planta sentada en una silla, y que no hablen por el móvil mientras son atendidos.

2) Siga las pistas. Están por todas partes, y pueden ayudarle mucho.
Si por ejemplo, ve una mesa llena de papel de regalo, rodeada de gente envolviéndose sus compras, piense que puede ser una señal de que usted mismo se puede envolver sus regalos allí. Vamos, digo yo. No es necesario que espere una cola enorme para preguntarlo, o lo que es peor, que nos lo pregunte a gritos para no esperar (cosa que anima a toda la gente de la cola a seguir el mismo método y volvernos locos). Esta norma es extensible a muchas otras situaciones. Simplemente confíe en usted mismo y siga su intuición, descubrirá que hay cosas que están muy claras.

3) Si hay una cosa súper fácil que usted mismo puede hacer y que puede obstaculizar a los demás, hágala.
Esto lo digo más que nada por el típico "me quitas los precios" que muchas veces va seguido de un "no, si no lo voy a envolver ahora, pero así ya me quitas los precios tú". Pedirle a alguien que haga por ti algo tan estúpido y tan fácil como levantar un papelito pegado, cuando las colas para pagar llenan media tienda (sin exagerar ni un pelo) me parece hasta ofensivo, así de claro. A las personas mayores se los quito con gusto porque les puede costar, pero a otra persona cualquiera...¡venga ya!
Y ya si dejaran de pedir ñoñerías como "me das una bolsa para cada cosa que son para personas diferentes", tanto yo como el medio ambiente haríamos un fiestón.

4) Si su tarjeta no pasa por el terminal, no pasa y punto.
Me creo perfectamente que tenga dinero en la cuenta , que acabe de comprar en otra tienda, que en el cajero le funcione... Si creérmelo me lo creo todo, pero es que no me interesa. Básicamente, si la tarjeta no pasa (en esta tienda), no le puedo cobrar (en esta tienda). Y el que se queda sin llevarse la compra es usted, no yo. Que se enfade y dé mil excusas sólo sirve para perder su valioso tiempo y el mío. Si lo desea cállese, vaya a sacar dinero y vuelva. O la otra opción es que ponga una reclamación en la que , como idea, puede poner que las maquinas son máquinas, y a veces fallan. Como no le vamos a hacer ni caso, le aconsejo la primera opción. Este punto me cabrea especialmente.

5) Si le decimos algo que se sale de lo que esperaba, o que no le gusta oír, ¡¡reaccione!! (bien a ser posible, pero reaccione al fin y al cabo).
Pregúntenos por qué, pídanos explicaciones, o preferentemente otras opciones que puedan adaptarse a lo que usted quiere. Pero por dios, no se quede con cara de bobo esperando a que le digamos lo que quiere oír, diciendo monosílabos, frases cortas y mentiras como "pero..." "¿y entonces...?" " pues a mí me dijeron que sí se podía...". Esos segundos en el aire no van a hacer que cambie la respuesta.
Ejemplo: si no hay entradas del concierto que usted quiere, no hay. Repito, no hay. Yo no la puedo inventar. Si quiere le hago un " Vale por..." y le cobro para que se pire de una vez, pero vamos, que me parece que en el Palacio de Deportes (por poner un sitio) no les van a servir mis vales. Sé que hay cosas que cuesta asimilar, pero es que yo no puedo hacer nada, y me pone histérica ese cortocircuito que les da en la cabeza cuando las cosas no salen como esperaban.

6) Mire, observe.
Si hay un sitio vacío y otro lleno, donde le van a dar lo mismo, por lógica, vaya al vacío. Sólo tiene que mirar un par de segundos para darse cuenta de eso.
Pero claro, si va cuadriculado a donde va todo el mundo, no se pispará. Y ahora es cuando yo le digo aquello de las madres de: ¿y si los demás se tiran por un puente, usted también??

Lo de mirar/observar también se aplica a carteles, avisos y demás. Si por ejemplo pone cerrado, está cerrado. Si pone no funciona, es que no funciona. Y así un largo etcétera.

7) Si ha tenido algún problema con algún producto/pedido/persona de la tienda, y quiere exponer su problema, o incluso poner una reclamación, está en todo su derecho. Pero no es necesario que venga enfadadísimo a pagarlo conmigo.
El resultado de su petición será el mismo sin que me grite, se cabree y patalee, y no dejara a una persona hecha una mierda al irse por aguantar un broncazo que no le toca. No digo que venga hiperfeliz si siente que están jugando con usted o su dinero, pero a mi no me grite que yo solo soy el primer eslabón de la cadena, y el enfado tiene q transmitirlo a otros. Además créame, sacara mucho más de mí de buenas que de malas, que tengo cara de santa, pero me toca los cojones que me traten mal.

8) Si cree que falta personal en ocasiones, en vez de decírmelo a mí en tono despectivo como si fuera mi culpa, le agradecería que transmitiera su queja a las personas oportunas, para que así sirviera de algo.
A mí desde luego me haría un favor, porque recuerde que soy yo la que está trabajando al límite, agobiada, desbordada y jodida. Así que si mas de uno se enterara de que no solo nos fastidian a nosotros, sino también a los clientes, alomejor espabilaban y soltaban más pasta para meter a alguien más.
Eso sí ,tenga en cuenta que estamos en crisis. A uno de mis mejores amigos le dijeron que no hacía falta en la tienda dos dias antes de entrar, asi que si a usted le molesta que recorten personal, y por ejemplo no envolvamos, imagínese a nosotros, que nos están quitando y jodiendo a nuestros propios compañeros. Con lo cual a mi no me llore ¿Está claro?

9) Por último dar las gracias a los cientos de personas amables que te alegran el día con una sonrisa, un "que pases un buen día" o una conversación agradable. Y a todos aquellos que se toman las cosas con naturalidad sin poner el grito en el cielo y recordando que hay mucho trabajo detrás de una tienda funcionando para todo el que compra en ella. Pasan desapercibidos entre tanta chusma gruñona, pero son muchos, y hacen todo mucho más llevadero, así que, de nuevo, mil GRACIAS.