viernes, 14 de marzo de 2008

Amores perros

1, 2, 3...esas son las huellas que me he tatuado esta tarde. Una pequeña huella por cada uno de los perros por los que daría la vida. No es mucho, ya que ellos me han regalado la suya.
Son tantos años juntos que ya no puedo imaginarme como sería estar sin ellos, como sería no tenerlos conmigo y no quererlos tanto como los quiero.
Perder a B es una de las peores cosas que he vivido, y aún no puedo evitar que alguna lágrima tardona y revoltosa asome cuando lo pienso.
Cada día me acuerdo mil veces de él, cada día espero encontrarlo en algún lugar de la casa y cada día me hace falta abrazarle. Saber que nunca volverá me duele tanto que me cuesta respirar. Pero almenos siempre le tendré junto a mí, en 1 de estas 3 huellas tatuadas.
Doce años es mucho tiempo. Doce años contigo son muy pocos. Te quiero, siempre...

Con la reciente llegada de un nuevo inquilino perruno al que ya adoro, las huellas requeridas aumentaron al número 4. Temiendo que podría parecer una loca, y de viejecita acabar siendo una huella andante tatuada si sigo el ritmo de tatuaje por perro que tenga, decidí seguir mi idea inicial - 3 huellas- y hacerla un poquito más global. Una espinita clavada por no nombrar a mi cuarto y nuevo perro en este post me obliga a hacer esta aclaración :D

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